sábado, 10 de diciembre de 2016

Anna Varney

Ni vivo ni muerto,  ni hombre ni mujer,  grotesco  o armonioso,  aunque  estas palabras son antagónicas entres si, pueden describir a esta persona  que se hace llamar  Anna Varney   y del que  se desconoce su nombre real. Ella misma se  autodefine como un  alma 'irredimible'  alguien que ha vivido tres décadas en la soledad, la depresión y el dolor, pero que a través de la música y el mundo sobrenatural encontró una manera de exteriorizar lo que siente.   Con un estilo vampirezco  basado en  Nosferatu  de entrada produce un impacto visual que dices: Ay cabrón ¿qué es esto?


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Poco se conoce de Anna-Varney  sólo que su banda se hace llamar "Sopor Aeternus and The Ensemble of Shadows", y que ella es su único integrante prácticamente un forever alone ya que está compuesta  solo por este  andrógino, oscuro y espeluznante  ser.   Andrógino para los  mausanitas significa asexuado.
Su estilo musical tratan temas como la muerte, el suicidio, el mal karma y la tristeza es el género denominado 'darkwave' o el nuevo 'wave' más oscuro, un movimiento que inició a finales de los '70s en pleno auge del 'new wave' y el 'post punk'
Por el misterio que envuelve a esta atormentada criatura se hacen muchas conjeturas pero ella mismo a dejado en claro que vive en sus “amadas catacumbas”  con  “The Ensemble of Shadows”.
Anna Varney nunca ha dado un concierto, no al menos para seres vivos, y aun asi es considerada como intérprete de  música de culto, todo este misterio aunado a su bella música es probablemente la causa de su gran    éxito.

Todo empezó en 1989 cuando dos individuos conocidos como Varney y Holger se encontraron en un bar-gothic en Frankfort, Alemania. Con nulos recursos y confiando solo con la música en su mente realizaron algunas melodías de las cuales fueron tan limitadas como solo para 1000 copias en cassttes-
De lo poco  que se sabe de  Anna-Varney  contada por ella misma dice que cuando contaba con 20 años sufrió de depresiones profundas y problemas emocionales muy serios. Su vida temprana no fue fácil. Además considero a su madre como “la mujer que le proporciono comida, ropa, y una serie madrizas”, lo que hizo a Anna un niño muy sensible, y según ella sensible a las sutiles vibraciones del mundo espiritual, algo que caracteriza su obra que  incluso según  ella es producto del contacto con estas entidades espirituales que la guiaron, la aconsejaron y la ayudaron. Ella los llama “The Ensemble of Shadows”, y los acredita por inspirarla en su música al grado de formar parte de ella y ayudarla a no cometer suicidio.

Siempre señala que ella no crea la música, que solo la recibe.” Yo creo que el universo entero está saturado por música”, dijo ella en una entrevista. Ella solo trae a la vida del mundo material lo que siempre había existido durante todo el tiempo en el mundo inmaterial.
Para Anna-Varney  todo en el universo se conecta con todo. La tarea del ser humano es descubrir la unidad con el universo entero. Hoy la mayoría de las personas vive en la ilusión del mundo que ellos pueden ver y tocar es la única “realidad”. Pero Anna-Varney nos dice que detrás de esta superficie engañosa hay otro mundo espiritual que es tan real como el que nosotros normalmente percibimos como realidad. La meta para cada ser humano es despertar de este sueño.
El nombre del grupo (tomando en cuenta a los ensemble of shadows como verdaderos miembros) Sopor Aeternus simboliza el estado del condenado así como su dolor insoportable. Es necesario despertar de este sueño para que solamente así nosotros podamos ver que la vida y la muerte es uno mismo. Este es el nuevo concepto de unidad.
Música como ayuda emocional haciendo música, Anna-Varney está intentando trabajar sus depresiones. Ella lo describe como un tipo de “introvertido exhibicionismo”. Por lo tanto sus líricas son siempre muy personales y no fácilmente entendibles por otras personas. Sin embargo, allí puede notarse la enorme influencia de su estado mental en las grabaciones. Los demos por ejemplo tratan sobre el vampirismo, la muerte y los no muertos. En este tiempo, Anna-Varney estaba seriamente enferma, amenazado con perder su vista.
Ana Varney
Crítica musical de Julián Cavalier
Fuera de todo prejuicio -porque siendo honestos por un momento de me dejé guiar por la imagen de quien interpreta la canción-, la canción “We Have a dog to exercise”, tiene ciertos toques que son relativamente complejos. Como en todas las artes, lo más simple resulta a veces ser lo más difícil de crear. Con la instrumentación inicial y los acordes con los que comienza la canción, la sensación que genera es tan única como su intérprete. Los teclados, por ejemplo, nos remiten a aquellos aparatos sintetizadores que tuvieron su auge experimental en los 70’s con grupos súper reconocidos como Camel. Y bien, dadas las características de la música, de la letra en sí, todo resulta extraño al escucharlo por primera vez. Eso es perfectamente premeditado, pues al parecer la intención del intérprete es precisamente esa, desubicar.






La letra ciertamente tiene relación con la melodía en el aspecto de rareza. La letra es poco común, tanto como la letra lo es. Los arreglos están en su lugar. No existe discordancia entre la armonía de los instrumentos. Cada uno tiene su lugar y no se ven opacado el uno por el otro. Sin embargo, parece ser que, tal como sucede con música como la salsa, cada instrumento luce por sí mismo aunque no esté en un sólo.

Aunque la voz nos remita a los 80’s, una época que desde mi percepción resultó en una decadencia musical, la melodía hace que se olvide todo aquello que no estuvo bien en aquella época. Además, aunque tiene ciertos tintes ochenteros, insisto en que su composición, su elaboración, está tan bien estructurada (aunque para muchos no lo parezca) que todos esos instrumentos y sonidos que no son para nada modernos o actuales, suenen algo así como atemporales y eso es bastante difícil de lograr.

Finalmente, la letra tiene cierta complejidad no sólo en su expresión lingüística sino en la rima, en sus versos, en la métrica de los mismos. Cabe mencionar que a pesar de ser un tema bastante escabroso, se explora muy bien y además se hace, aunque para algunas perspectivas no sea así, de una manera especialmente artística.

En conclusión, estamos en tiempos en los que la imagen, desafortunadamente, resulta más impactante que la música. Tiempos en los que la forma resulta más importante que el fondo. Este tipo de música tiene intenciones distintas a la popular, a la que se escucha en la radio. La expresión es totalmente artística, pues el arte realmente se trata de externar lo que se siente en determinado momento y convertirlo en música, pintura, escultura… en fin. La música creada por este peculiar artista cumple con más que muchas de las canciones que escuchamos actualmente en la radio. Es arte hecho para el artista y no pensado para las masas, sin embargo, si estuviésemos conscientes de qué tan hermoso puede resultar este tipo de expresión, la radio estaría plagada de música nueva cada vez más interesante y no al contrario.

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